Propuesta para la Transformación de la Calle Alta
1. Introducción
La Calle Alta es una de las zonas más emblemáticas de Santander dado que en ella se ubican diversos enclaves de gran importancia tanto para la propia ciudad cómo para toda Cantabria. Comenzando por el este de la misma, nos encontramos con el Cabildo como barrio histórico que conserva, muy deteriorados, fachadas patrimoniales y restos de la tradición marinera de la ciudad. En el propio Cabildo se encuentra también el monasterio de las Clarisas, en avanzado riesgo de derrumbe ante la inacción del gobierno autonómico, y dos edificios de carácter civil como son los juzgados y el antiguo hospital de San Rafael, actual sede del parlamento autonómico.
Según se avanza hacia el oeste se encuentran colegios concertados como la Purísima Concepción o Públicos como los vivero, el Ramón Pelayo (Sede de la UNED de Cantabria) y el Simón Cabarga. Finalizamos el recorrido con el mercado de la Plaza Méjico, un punto de gran movimiento de personas y la plaza de toros, que podría tener un uso cultural en el futuro. Al lado Sur, el barrio está flanqueado por el parque del Agua, itinerario parcialmente peatonal que recorre el antiguo cantíl mientras que en el norte se encuentra el centro de la Ciudad, desde cuatro Caminos hasta el ayuntamiento.
Según sus distritos censales (https://elpais.com/economia/2019/09/11/actualidad/1568217626_928704.html) la renta media disponible en los hogares ronda entre los 9.200 y los 16.000, con un valor medio aproximado de 13.000€. Más o menos está en el promedio de toda la ciudad.
Uno de los principales problemas que tiene la zona, según sus propios vecinos, es el aparcamiento, hecho que se agudiza según nos acercamos al Cabildo. Esto está causado por una densidad de población elevada en una zona en la que la mayor parte de las viviendas no cuenta con garaje propio, lo cual obliga a los habitantes a dejar el coche en la calle.
Dispone de 3 zonas de ola, la 3, 5 y 7 y un gran aparcamiento gratuito de unas 320 plazas en el terreno en el que estaba la antigua prisión provincial. También se dispone de el aparcamiento subterráneo de Carabaza, situado junto al ascensor que comunica con la Calle Castilla y el aparcamiento subterráneo de la Plaza Méjico.
La falta de aparcamiento incluso ha provocado algún conflicto entre particulares al hacer cola en la antigua cárcel cuando alguno usuario no ha respetado el código de espera no escrito. El problema de estacionamiento se agrava en la zona del cabildo mientras que la zona de la Calle Habana, Montevideo, Perú, Peña del Cuervo suelen tener plazas de OLA disponibles. Posiblemente se deba a la edad de las edificaciones y al diferente uso del espacio público disponible (en la zona este las fachadas están más próximas quedando menos espacio disponible). Además los habitantes de la zona este, no pueden hacer uso de las plazas de la zona oeste en hora de vigencia de OLA.
Hablando con gente del Cabildo, afirman que el tiempo promedio de aparcamiento está entre la media hora y la hora completa, y que a partir de cierto momento del día, sobre las 8 de la tarde, se incrementa la dificultad de encontrar aparcamiento pudiendo superar la hora de búsqueda. Basta situarse en la calle principal a esa hora y ver pasar una y otra vez los mismos coches en búsqueda de aparcamiento.
Esto causa que en una zona residencial, que no es zona de paso de un punto A a uno B, haya un gran tráfico de vehículos, habitualmente rápido, lo cual en parte puede estar causado por la falta de aparcamiento (estrés sumado a querer recorrer todo en menos tiempo) y a una gran cantidad de vehículos estacionados en doble fila, ya sea en espera o en carga y descarga.
La situación del peatón dentro de la calle es bastante incómoda al no disponer de grandes aceras, estar estas copadas por terrazas y en las zonas en las que el aparcamiento es en batería los morros y culos de los coches invaden la acera. Además los pasos de peatones no suelen ser respetados por todos los conductores.
2. Propuesta de aparcamiento en altura
Uno de los problemas principales es la falta de disponibilidad de una plaza de aparcamiento para cada vehículo. Desde Cantabristas, planteamos la construcción de un aparcamiento en altura en el solar de la antigua cárcel provincial. Este aparcamiento se limitaría exclusivamente a residentes, a fin de disminuir el tráfico de vehículos provenientes de otras zonas, asignando una plaza fija a cada vehículo. Se podría disponer de unas 300 plazas por altura, llegando a disponer de más de 1500 plazas en 5 alturas.
Actualmente el ayuntamiento prevé construir VPO en ese espacio junto a un aparcamiento subterráneo de uso público. Por distintos motivos, creemos que esto aumentaría el problema de aparcamiento general de la calle.
Planteamos que inversión pública que se pensaba realizar se use tanto en la adquisición de vivienda ya edificada ( y que se encuentra vacía debido a la especulación de bancos y fondos buitre) para aumentar el parque público de vivienda al mismo tiempo que se estructure un plan para la recuperación del Cabildo, evitando así la gentrificación de este espacio y manteniendo parte del patrimonio de la ciudad.
El aparcamiento, a su vez permitiría a los vecinos disponer de una plaza en la que depositar el vehículo evitando así la circulación de coches asociada a la búsqueda de aparcamiento. Por ello proponemos que las plazas se dispongan para aquellos vecinos que vivan en una zona con mayores problemas para aparcar, esta sería la zona del cabildo, barrio al cual se llega en unos 10 minutos caminando. El coste-beneficio de disponer de una plaza asegura y caminar un poco supera con creces a no ser capaz de aparcar.
El aparcamiento se ofrecería en régimen de alquiler de manera que los ingresos permitan cubrir el mantenimiento y la vigilancia.
3. Propuesta para la zona
La construcción de un aparcamiento de estas características eliminaría muchos vehículos de la calle, pero sería una solución temporal al problema, ya que a largo plazo, muchos hogares adquirirían un segundo (o tercer) vehículo ya que habría facilidades para aparcar. Es decir, induciríamos una demanda al haber oferta de aparcamiento.
En una situación de emergencia climática como la que vivimos, no se puede plantear un aumento del parque motor, por ello, la propuesta iría encaminada a la supresión del mismo número de plazas de aparcamiento en superficie, como plazas se construirían. Al eliminar estas plazas, el tráfico se limitaría por si mismo a residentes con garaje, servicios y reparto de mercancías, lo cual iría parejo a una menor contaminación acústica y ambiental.
De esta manera, se ganaría una gran cantidad de espacio público (unos 150.000m²) para la ciudadanía, esto implicaría la necesidad de rediseñar por completo las calles, transformándolas paulatinamente en calles de plataforma única, aumentando el número de árboles, sus macetas, para permitir un mayor crecimiento de los mismos y un incremento de la zona peatonal. De hecho, sería necesario eliminar los pasos de peatones y otorgar la prioridad a los mismos. Para mejorar esto, en las calles laterales, se podría diseñar directamente la calle sin zona de rodadura, para que el coche sea un invitado en la zona peatonal.
Al mismo tiempo, se plantea limitar el tráfico en la calle alta, a la altura de la plaza de los Derechos Humanos mediante la instalación de un pivote mecánico que impida el paso de un sentido a otro. Dispondrán de mando o tarjeta para permitir el paso el TUS, dado que la línea 11 atraviesa la calle y los servicios municipales y de emergencia. Permitirá la permeabilidad por completo de peatones (por los laterales) y ciclistas (por los bordes del pivote). También podría proporcionarse una tarjeta de paso a los transportistas.
En las calles laterales, Duque de Ahumada, Isaac Peral y Tres de Noviembre, se instalaran espacios verdes y parques limitando por completo la circulación de vehículos y quedando un espacio 100% peatonal. Al igual que se ha planteado recientemente en la Ciudad de Gasteiz.
Esto partirá toda la zona en dos para la circulación de vehículos a motor, de esta manera a la zona Este solo se podrá entrar por Alcazar de Toledo y por Ruamayor y salir por la Rampla Sotileza o Monte Caloca y María Egipciaca.
La zona Oeste por su parte se podrá entrar y salir por Montevideo (plaza de Toros), por la plaza Méjico o por Juan de Piasca (Consejería de Educación)
Para garantizar el cumplimiento de limitación de velocidad, se plantea la construcción de chicanes y otros elementos que permitan reducir la velocidad.
En la calle se situarán también espacios de carga y descarga, tanto para profesionales, como para particulares, con el tiempo limitado a 30 y 15 minutos respectivamente y controlados mediante sensores de presencia en el suelo. Se podrán habilitar espacios para estacionamiento de bicicletas, minusválidos y motocicletas y además de la instalación de zonas de recreo y terrazas en los sitios donde antes había aparcamiento, a la vez que ensanchando aceras.
No se contempla la creación de carril bici dado que al ser plataforma única y disponer de elementos de reducción de velocidad junto a la reducción de tráfico no es necesario segregar vehículos.