I CONGRESU DE CANTABRISTAS

Presentamos el texto de la ponencia política principal aprobada en el primer Congresu de Cantabristas, celebrado el 23 de noviembre de 2019 en Torlavega.

Un cantabrismo para la mayoría social

1. UNA SALIDA EN FALSO A LA CRISIS EN UN CONTEXTO GLOBAL DE UNA CANTABRIA EN TRANSFORMACIÓN

El contexto coyuntural del actual escenario internacional se define por procesos de largo recorrido que inciden directamente en una nueva organización geoestratégica mundial: Norte desarrollado (Norteamérica; Unión Europea y su división entre el norte acreedor y el sur denigrado –PIIGS: Portugal, Italia, Irlanda, Grecia, España-; Japón-Sudeste asiático; países anglosajones del Hemisferio Sur), Sur desfasado (resto de Asia, América latina y África) y los nuevos centros de poder -inicialmente económico- que representan las nuevas potencias emergentes (a título de ejemplo Brasil, Rusia, China, India: BRIC).

La concreción de tales proyecciones de amplio alcance explica la inminente crisis medioambiental y la explosión demográfica mundial, la extensión de la tercera fase (algunos hablan de cuarta ya) de la revolución científico-técnica en la forma de un capitalismo neoliberal impuesto por agentes instrumentales ligados al genérico concepto de los “mercados” (capital financiero, transnacional y grandes fortunas), el aumento de las desigualdades sociales hasta niveles anteriores a la revolución soviética de 1917, la difusión de los sistemas formalmente democráticos controlados por múltiples “poderes fácticos” de cariz diverso que establecen una situación de “vigilancia permanente”, y la tendencia a la uniformización cultural derivada de un proceso de “globalización” que mejor podría denominarse de “mundialización”.

1.1. Efectos económicos y políticos de la crisis

Las derivaciones de la última fase de la crisis del capitalismo bursátil que se inició en 2008 con la quiebra del complejo Lehman Brothers, se ha visto acompañada de cambios y vacíos en lo político, como en el ámbito más cercano es buena muestra la paralización del proceso de construcción institucional de la Unión Europea o la crisis del régimen político instaurado por la Constitución de 1978 en España.

La salida económica de la crisis parece se ha realizado en falso y se anuncian inminentes situaciones reactivas que se muestran en sus indicios en las principales economías de la zona euro. Acompañando a los mismos, se experimenta el reforzamiento de ciertos nacionalismos de Estado, el retroceso de la socialdemocracia o el avance de los populismos de extrema derecha que actúan como pretendido elemento “corrector”, aunque agudizándolas, de las contradicciones ligadas a las políticas neoliberales impuestas por las élites.

Los cambios estructurales descritos han incidido específicamente en la remodelación del sistema de representación política de España. La crisis económica se conjugó con la emergencia de movimientos populares (15 M) que dieron origen a respuestas que han incidido en el cambio del modelo de representación electoral: el bipartidismo ha dado paso a un sistema más plural con fuerzas nuevas (Unidas Podemos y sus escisiones y derivaciones) y contraemergentes (Ciudadanos, Vox), y la articulación territorial concretada en el Estado de las Autonomías no da respuesta ni a los afanes centralizadores de la derecha política ni a las demandas de nacionalidades como Catalunya, que está intentando un proceso de ruptura con el objetivo de crear un nuevo Estado independiente, afrontado desde el estado español con represión y prohibición de ejercer legítimos derechos de autodeterminación democrática.

En el marco estatal parece consolidarse la perenne hegemonía del histórico núcleo de poder que se conformó durante la primera Restauración borbónica del último cuarto del siglo XIX, se impuso tras el golpe de estado de julio de 1936 y la dictadura franquista y que mantuvo su inveterado protagonismo en una Transición que no ha cambiado el perfil de la administración de Justicia, la credibilidad de los medios de conformación de la opinión pública o las prácticas genuinamente corruptas de las clases dominantes españolas.

Tal marco de cambios de carácter económico y político, también han incidido en el devenir coyuntural de Cantabria. El modelo de desarrollo asumido para la dinamización de la estructura productiva del sur de Europa, reducida a un área de servicios subsidiarios (turismo ligado a los negocios inmobiliarios) y al pago de la deuda de la banca privada a los acreedores del norte a través de la política presupuestaria de recortes en sectores de vocación social y los cambios de representación política dominantes, han incidido en la apertura de un nuevo momento histórico que ha de plantearse en Cantabria sin perder la referencia del marco general estatal, europeo e internacional que permite su análisis y comprensión.

La diferencia entre el momento actual y el proceso de Transición desde el franquismo al sistema formalmente democrático puesto en marcha con la Constitución de 1978, es que, como hecho institucional, Cantabria es una comunidad autónoma plenamente asentada en el marco político-administrativo actual estatal y, en lo que lo situación puede dar de sí, también europeo.

1.2. Una Cantabria entre la reacción del centralismo y un cantabrismo de corto alcance

El debate global estatal de cómo articular el nuevo modelo político democrático que se producía en el contexto español de la década de los setenta y principios de los ochenta del siglo pasado –la “Transición”-, en Cantabria estuvo caracterizado específicamente por la aportación proveniente de un movimiento amplio a favor de la consecución de un objetivo hasta entonces un tanto fluctuante históricamente: la “autonomía de Cantabria”.

Frente a los viejos clichés sostenidos por los sectores más conservadores ligados a la estructura más oligárquica y caciquil de la comunidad, que sostenían la idoneidad de la “permanencia” de Cantabria en Castilla, el cantabrismo político y cultural, a través de sus diversas formas de expresión –autonomista, regionalista e, incluso, protonacionalista y soberanista-, decantó la controversia en el sentido de que la lectura que partía de la historicidad del hecho cántabro y la necesidad de dotar a Cantabria de los instrumentos adecuados para encauzar su presente y vislumbrar su futuro, se concretara como la vía política adoptada.

De esta manera, se ponía fin al debate sobre la adscripción política de Cantabria, siempre reabierto en los periodos de mayor libertad de expresión en la historia política del Estado (Primera y Segunda Repúblicas…) y no cerrado hasta la consolidación del régimen de 1978.

La situación coyuntural de la comunidad en todos sus principales campos de actuación (económico, político, cultural y social) se dirime, en cuanto a la representación política respecta, entre un marco estatal paralizado y en vías de remodelación en cuanto a su representatividad electoral -y, en parte, territorial-, y un escenario cántabro que,  en los ámbitos municipal y autonómico, se caracteriza por la importante pero no con mayoría absoluta representatividad de la derecha posfranquista (Partido Popular –PP- y, menos, C´s y Vox), la incidente presencia del cantabrismo político representado por un “regionalismo” de corte personalista (Partido Regionalista de Cantabria –PRC-) y la relativamente escasa presencia de la izquierda de disciplina estatal, de modo que la derecha política tradicional no gobierna allí donde han confluido las convergencias o pactos establecidos entre el regionalismo y el progresismo.

En definitiva, en unos momentos de especial gravedad, pues representan una encrucijada en cuanto a las vías de desarrollo económico a establecer, de políticas sociales a implementar y de readscripción territorial en una Europa y España tan endebles, la representatividad política (y de ahí pudieran derivarse también los distintos caminos a explorar en un contexto que en gran parte viene dado) se dirimen, en el ámbito de Cantabria, entre la alianza establecida por el progresismo y el regionalismo, por una parte, y la derecha política española, por otra. Habría aquí que significar que el regionalismo ha recogido electoralmente todo el desgaste de la izquierda estatal, como mejor ejemplo de plasmación táctica de la transversalidad de base popular progresista, que en buena parte se explica porque la asunción de los elementos sustantivos de la cantabridad y su concreción en derechos “pre o parapolíticos” se realiza prioritariamente en las clases medias y sectores populares de la comunidad con un perfil ideológico progresista –ausencia histórica de una burguesía políticamente nacionalista cántabra- decepcionados por la oferta de la izquierda.

En el marco estatal, el Partido Popular y los desgajamientos en su espectro (Ciudadanos y la extrema derecha sin ambages de Vox) sólo podrían ser sustituidos en el supuesto de un entendimiento estratégico entre las diferentes orientaciones de la “izquierda” de ámbito estatal, con las fuerzas periféricas independentistas, nacionalistas o federalistas, y la asunción de un modelo de Estado español plurinacional, pluricultural y plurilingüístico.

No obstante, el papel del PSOE, incluso el renovado de Pedro Sánchez, tras su disputa del liderazgo del partido contra el sector más conservador representado por sus “baronías” y líderes históricos, está siendo el de dificultar una alianza gubernamental de la izquierda estatal, confirmando su supeditación a los intereses estratégicos de los poderes fácticos oligárquicos estatales e internacionales, y su negativa a reformar sustantivamente las bases del corrupto régimen emanado en 1978 (no investigación de las actividades irregulares de la monarquía y de la “guerra sucia” del estado contra Catalunya; legitimación de un poder judicial copado en sus sentencias fundamentales por la derecha neofranquista; amenazas de represión en las demandas de autodeterminación en Catalunya). En este sentido, con un soberanismo al que se intenta cercar y una izquierda debilitada por sus crisis internas, ausente de proyecto y ajada organizativamente, no parece probable esperar cambios sustanciales en las esferas políticas y sociales del Estado.

Posiblemente, las únicas posibilidades de transformación en el marco estatal sean las derivadas de la articulación plurinacional de España. Las élites han parado el potencial emancipador emanado del 15-M y la izquierda estatal vaga desorientada respecto a un proyecto mínimamente reformista. La derecha, por su parte, ha resucitado el nacionalismo español autoritario, fracasado en gran parte desde el siglo XIX, ante su incapacidad de solucionar democráticamente las demandas de autodeterminación, y como estrategia aglutinadora de bases sociales y electorales, incluso entre las desesperanzadas clases medias y populares que no encuentran referencias sólidas en una izquierda estratégicamente dividida y sin influencia real, a las que se intenta alertar y movilizar con la posible “ruptura de la unidad de España”.

El cantabrismo en su conjunto y el progresista en particular, habrían de dirimir cuál podría ser su aportación a la conformación de bloques en el marco de la representatividad en las instituciones estatales, entre la formulación de una reforma política y social que se antoja eventualmente casi imposible, y la defensa de los “intereses de Cantabria” en un marco estatal inédito hasta el momento, definido por su crisis territorial y el españolismo autoritario como arma esgrimida por las élites.

 

2. FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS DEL CANTABRISMO SOBERANISTA PROGRESISTA

El análisis de los parámetros fundamentales del ámbito en la que se inscribe la actuación política de Cantabristas posibilita plantear, en primer lugar, los principios ideológicos que inspiran a este partido.

2.1. Cantabrismo soberanista

Considerando al cantabrismo el marco ideológico, político y emocional que defiende o exalta el escenario histórico, económico, social, político y cultural de Cantabria, a lo largo del tiempo se ha podido expresar en múltiples manifestaciones de las que, desde el siglo XVIII y, sobre todo, desde el XIX y XX, destacan evolutivamente el particularismo, provincialismo, regionalismo cultural, económico y político, federalismo y autonomismo cantabristas, hasta llegar al nacionalismo y soberanismo.

Cantabristas asume la línea histórica del cantabrismo político iniciada desde el siglo XIX, de ideología progresista y republicana, y de concreción en una vía propia hacia el autogobierno.

La articulación territorial de Cantabria se logró tras varios intentos en el siglo XVIII cuando a los Nueve Valles se unieron más de una treintena de jurisdicciones del territorio cántabro que conjurados en la Casa de Juntas de Puente San Miguel el 28 de Julio de 1778, redactaron unas Ordenanzas Generales, llamando a esta unión territorial Provincia de Cantabria, siendo aprobadas dichas ordenanzas por el entonces Consejo de Castilla. Durante la II República el Partido Republicano-Federal de Santander presentó ante el Ayuntamiento de Santander y la Diputación Provincial su Anteproyecto de Estatuto Regional para el Estado Cántabro-Castellano, que pretendía la integración de territorios de Castilla en Cantabria. Sin embargo, el estatuto nunca llegó a su fin al estallar la Guerra Civil. Durante ésta hubo intentos de elaborar un estatuto de autonomía e incluso una universidad para el «País cántabro». Finalmente, Cantabria fue una de las primeras Comunidades Autónomas en tener Estatuto de Autonomía, aprobándose su Estatuto el 30 de diciembre de 1981, tras el País Vasco, Cataluña y Galicia. De esta manera, la línea cantabrista uniprovincial y política se ha impuesto a la vía cultural tradicionalista que no propició el paso a lo político y que, aunque glosando las especificidades históricas y culturales del país, fue un simple reclamo de la élite conservadora.

Durante las dos últimas décadas del siglo XX e inicios del XXI aparecen organizaciones políticas y culturales defensoras del cantabrismo social, político y cultural.

El cantabrismo asumido por este partido se ubica en las fases en que ha tenido más profundización teórica, ideológica y de propuesta de articulación proyectiva: cantabrismo soberanista, es decir, Cantabristas es una fuerza que entiende que Cantabria es una nacionalidad con características culturales, sociales, económicas y políticas propias que a lo largo de la historia le han ido configurando como pueblo diferenciado. Partiendo de esta singularidad, Cantabristas entiende la construcción de Cantabria como sujeto político capaz de decidir su futuro, sus relaciones y su articulación con otras estructuras político-administrativas, su forma de organización interna y su relación con el resto de los pueblos del Estado Español, Europa y el Mundo, por tanto. Cantabristas reconoce que la conquista de la autonomía durante la Transición española ha supuesto un gran avance para el pueblo o sociedad cántabra en todas las esferas, pero que hoy en día es insuficiente para seguir desarrollando sus potencialidades, integrándose de manera autónoma en la Europa del Siglo XXI.

No obstante, esta asunción del soberanismo desde una perspectiva amplia hace que Cantabristas apueste por concreciones del mismo, como la soberanía alimentaria, la soberanía energética, la soberanía cultural y la soberanía económica, herramientas fundamentales para que el futuro de una Cantabria que no esté lastrada por las decisiones tomadas en Madrid y Bruselas. Así mismo, se considera que, limitando con el territorio de la actual Comunidad Autónoma de Cantabria, existen núcleos de población que por sus características culturales, su pasado y su relación socioeconómica en el presente con poblaciones de la Comunidad Autónoma de Cantabria pueden ser susceptibles de formar parte de una Cantabria organizada como sujeto político propio en un futuro. Siempre, a partir de la libre voluntad de sus habitantes.

 2.2. Progresismo ideológico

La concepción de Cantabria asumida por Cantabristas se inscribe en las expresiones históricas del progresismo ideológico y social, de lo que se denomina izquierda, adaptándolas a las circunstancias actuales de la revolución científico-técnica y de la mundialización: democratismo radical, expresiones libertarias, socialismo en sus vertientes diversas de teorización y actuación, y nuevas ideologías.

El Cantabrismo es una perspectiva y un planteamiento político abierto, democrático y en constante transformación. Partiendo de unos principios firmes de defensa de Cantabria, su territorio, su cultura y sus clases populares, nuestro planteamiento político es dinámico y se enriquece constantemente:

          Por la experiencia acumulada a lo largo del tiempo.

          Por la aparición de nuevas reivindicaciones y luchas. 

          Por el surgimiento de nuevas sensibilidades progresistas que se incorporan a nuestro ideario.

Cantabristas se manifiesta por ser una fuerza por la transformación de Cantabria también en lo socioeconómico. Este partido es consciente de que nuestra tierra atraviesa una crisis estructural, económica, social, medioambiental y cultural a la que las fuerzas políticas tradicionales no han sabido dar una respuesta adecuada.

Cantabristas, fuerza de las clases populares y clases medias afectadas por la crisis

El partido nace de los sectores populares y ambiciona ser su voz y un instrumento para su defensa frente a los intereses del capital financiero especulativo y de las grandes empresas, que han influido e influyen directamente en las políticas de los sucesivos gobiernos cántabros desde hace décadas, impidiendo la capacidad de decidir el rumbo de Cantabria.

Cantabristas aspira a representar la diversidad de los sectores subalternos de la Cantabria actual (clase trabajadora urbana y rural, pensionistas, estudiantes, personas autónomas y desempleadas, pequeño comercio etc.) y de encontrar nexos de unión entre ellos para trabajar por mejorar sus condiciones de vida y construir una Cantabria en donde esos sectores sean el centro de la vida social, económica, política y cultural. Cantabristas nace para construir una alternativa, amplia y diversa al capitalismo depredador que ponga al ser humano y sus necesidades en el centro. Donde la economía esté al servicio de estas necesidades humanas y de la democracia y no al revés.

Cantabristas, fuerza republicana cántabra

La República es entendida no únicamente como un régimen político, sino como un modelo de organización de la sociedad a través del cual toda la ciudadanía posee los mismos derechos y deberes y ve garantizada su libertad con independencia de su origen o condición. Y la República cántabra es el objetivo de concreción de una soberanía que ha de residir en el pueblo cántabro, y sea éste último su poder constituyente.

Del mismo modo, la República debe garantizar no sólo el acceso de todas las personas a unas condiciones materiales mínimas igualitarias, sino que también debe subordinar la riqueza del país al interés general.

Un modelo, en conclusión, cuyas instituciones políticas sean democráticas, igualitarias, representativas y garanticen la expansión de los derechos de la ciudadanía, así como el interés del Estado sobre los intereses privados.

Cantabristas, fuerza ecologista

La cuestión medioambiental y de defensa del territorio es central. Cantabria no es un ente abstracto sino un territorio con una biodiversidad, modos de vida, y habitantes que es necesario preservar. Frente a las “políticas del hormigón” de los partidos tradicionales vinculados a determinados intereses empresariales, desde Cantabristas se busca representar a esa mayoría social que quiere defender y preservar el medioambiente y el territorio de manera consecuente.

El ecologismo en Cantabria tiene históricamente una trayectoria de victorias y de movilización social importante. Además, cuestiones como la contaminación o el cambio climático son problemas muy serios a nivel mundial y es necesario contribuir desde Cantabria a paliarlos en la medida de lo posible. Por último, vemos necesario potenciar la economía verde como generadora de riqueza.

Cantabristas, fuerza feminista y diversa

Fuerza comprometida con el empoderamiento de las mujeres y con la construcción de una nueva sociedad en la que exista plena libertad y no haya ningún tipo de discriminación ni violencia contra nosotras por el hecho de ser mujeres. El feminismo no es solo un discurso o una propuesta, sino que utiliza una perspectiva propia para analizar la construcción patriarcal del mundo en todas las esferas (económica, social, cultural, laboral, política…), y, así, poder articular una respuesta a la discriminación y a la violencia que sufrimos. Porque si solo se miran los datos globales, si no se aplica la perspectiva feminista, una propuesta que de entrada puede ser buena, puede pasar a repercutir negativamente o a no tener impacto en las mujeres. Pero, además, el feminismo es la lucha transversal por la eliminación de las opresiones, además de la de género, la de orientación sexual, de diversidad funcional, de raza, etc.

Cantabristas es una fuerza que apuesta por una Cantabria que avance en el respeto hacia todos los colectivos, valorando y reivindicando la diversidad como aspecto necesario y positivo para nuestra sociedad.

Este respeto debe consolidarse de manera legislativa para garantizar los derechos del colectivo LGBTI y, además, debe de verse reflejado en la vida social, en todos los aspectos de la vida cotidiana, en el panorama educativo, en el ámbito laboral, en los medios de comunicación, en la vida cultural, etc.

Cantabristas, fuerza laica

Las creencias religiosas y su legítima práctica deben de estar totalmente separadas del aparato de Estado. De esta forma, se garantizará la independencia de las instituciones públicas y la igualdad real de todas las creencias presentes en la sociedad cántabra.

Cantabristas, fuerza basada en la cooperación

Se considera la cooperación como valor fundamental en los principios políticos y organizativos. Un valor antagónico a la competición y las ambiciones personales, afirmando que sin cooperación ni siquiera puede haber democracia. No hay organización democrática y de izquierdas que pueda sobrevivir sin asumirla en su interior.

Cantabristas, fuerza internacionalista

Se entiende que la defensa de los derechos de Cantabria y de su gente, debe estar vinculada íntimamente a la solidaridad con todos los pueblos del mundo; respetando la democracia y los derechos humanos, entre los que se considera el derecho al bienestar y la capacidad de decidir el futuro de sus pueblos.

3. UN PROYECTO PARA EL DESARROLLO SOCIOECONÓMICO, POLÍTICO Y CULTURAL DE LA MAYORÍA SOCIAL CÁNTABRA

El cantabrismo progresista propone el avance hacia una Cantabria con un desarrollo económico viable que respete el equilibrio ecológico del medio ambiente y que propicie un modelo social de libertad e igualdad para su ciudadanía, basado en la justicia social y los derechos humanos fundamentales; una Cantabria autogobernada políticamente que sepa engarzarse con el máximo protagonismo en las esferas estatales y supraestatales  considerando las vías posibles y más avanzadas en cada cultura; una Cantabria, en definitiva, en la que la conciencia de especificidad (cantabridad) represente un impulso psicológico colectivo renovado que permita su engarce con la mayor fuerza posible en los procesos que afectan a la comunidad internacional en este momento de la internacionalización globalizadora.

Sobre esta consideración, el proyecto de Cantabristas se basa en dos pilares  básicos: modelo de país en las áreas económico-social, política y cultural; modelo de sociedad, inscrito en los diseños del progresismo generado históricamente desde los albores de la primera fase de la revolución industrial; una Cantabria basada en el desarrollo de los Derechos Humanos, democrática, justa e igualitaria, en la que el sector público represente la materialización de un diseño colectivo de cooperación, en un marco social en el que los sectores más desfavorecidos puedan afrontar su emancipación.

3.1. Un modelo para Cantabria

-Desarrollo económico autocentrado y sostenible ecológicamente

Desde la perspectiva del desarrollo económico-social, Cantabristas plantea una Cantabria que se base en un modelo de producción lo más autocentrado posible, no obstante el proceso actual general de internacionalización del capital industrial (multinacional) y financiero (mercados), de base intersectorial y no de depredación turística como las élites y parte de las políticas del Gobierno de Cantabria pretenden desde fines del siglo XIX, en el desarrollo geoestratégico del subeje cantábrico del arco atlántico europeo, en relación con la región económica vasca y, a través del Ebro, con el arco mediterráneo, y sostenible, que respete el equilibrio ecológico y medioambiental, uno de los retos a los que se enfrenta no sólo Cantabria sino la comunidad internacional.

La crisis industrial generada en los años 70 del siglo XX con el aumento de los precios del petróleo y sus derivados, a partir de los procesos de desindustrialización y ajuste, tuvo una grave incidencia en Cantabria, con el cierre de grandes y medianas empresas, y las consiguientes subsidiarias, y la pérdida de importantes porcentajes de empleo en el sector, en los subsectores metalúrgico y naval fundamentalmente. La entrada en la Comunidad Europea el 1 de enero de 1986 amplió el proceso de cambio hacia el subsector ganadero lácteo, siguió incidiendo en el industrial y abrió la perspectiva de la terciarización de la economía y del mercado de trabajo, con especial incidencia en un modelo de base turística basado en la explotación del paisaje y en la especulación urbanística, a partir de una ordenación y planificación del suelo y el espacio que ha generado disrupciones laborales (empleo inestable, de baja calidad y escasa remuneración) y ecológicas.

Ante esta situación, Cantabristas plantea la necesidad de impulsar un modelo económico basado en un desarrollo intersectorial con un primario puntero que parta de la producción tradicional (leche, en decadencia, y carne) y las innovaciones aún por implementar en la nueva coyuntura, con la perspectiva además de impulsar un entorno rural caracterizado por la despoblación de las comarcas y núcleos del interior. Un sector primario que habrá de ser reimpulsado no sólo con la aportación de los esfuerzos individuales, sino con la planificación orientativa de las empresas públicas y las políticas emanadas del Gobierno de Cantabria y de la acción cooperativa de parte de las unidades pequeñas, incluso familiares, de producción, en un proceso de convergencia y competitividad. Un sector industrial competitivo y de sectores punta de alta I + D + i, para lo que habría que contar con todo el capital humano y técnico formado en la Universidad de Cantabria. Un sector servicios avanzado, en el que los servicios públicos sean la base para el mantenimiento de un estado de bienestar y justicia, en el que la banca esté ligado a la inversión económica y no meramente especulativa, los transportes y comercio se desarrollen en una red no marginada de infraestructuras, y en el que el turismo sea un subsector que no precarice el empleo, que no rompa el equilibrio paisajístico y medioambiental y que no atente a la identidad cántabra.

Cantabria ha girado en los últimos cuarenta años desde una economía centrada básicamente en el sector primario (ganadería láctea intensiva, ganadería cárnica extensiva, pesca de bajura y altura y una agricultura centrada en la horticultura de subsistencia) y algunos núcleos de sector secundario (Besaya y Campoo), a básicamente estar centrada en el sector terciario (turismo estacional de playa y cultural, construcción de vivienda y obras públicas). Este análisis es básico y obvio, durante los últimos años se ha venido hablando del cambio en el modelo productivo, pero nadie define cómo hacer ese cambio. El tejido productivo de Cantabria está dominado por una masa heterogénea de grupos empresariales que básicamente viven del principal promotor económico, el Gobierno de Cantabria, lo que produce una inmensa red clientelar que ahonda en el problema endémico con el empleo. Si el principal inversor es la administración y esta basa sus criterios de inversión en los intereses de supeditación, el resultado final es evidente: el empresariado Cantabria sólo van a buscar negocios con los que, de forma más o menos legal, obtener beneficios de esta relación perjudicial. Esperar dinamización, es decir que busquen inversión fuera de la comunidad proponiendo productos y servicios que sean atractivos, es una quimera, porque se ha vuelto normal que busquen la inversión directa en el Gobierno (GFB y Néstor Martin, por ejemplo) y que ésta acabe en situaciones irregulares.

La dinamización de ese cambio en Cantabria debe pivotar en tres aspectos:

  1. Que la inversión en proyectos de I+D+i sea transparente y dirigida hacia nichos de mercado no relacionados con la producción en masa y basados en una economía sostenible, por poner ejemplos: Energías renovables (molinos de viento en la plataforma costera, paneles solares, experimentación con técnicas para el desarrollo de fusión nuclear, mareomotriz…), forestación resistente a la sequía, producción agraria y ganadera ecológica… Siendo estas inversiones en campos de gran valor añadido, es necesaria la creación de un gran vivero de proyectos de desarrollo tecnológico e industrial con inversión pública para que quien quiera desarrollar nuevos modelos de negocio pueda hacerlo sin la presión de obtener resultados en un corto periodo de tiempo.
  2. Promocionar la cooperativa como unidad básica de producción anclada a la tierra y no a los resultados a corto plazo, que provocan la “deslocalización constante” para abaratar costes y que ya ha tenido varios ejemplos en Cantabria (Nissan, Teka, Bridgestone). Se priorizará la inversión en proyectos que conlleven la creación de cooperativas como núcleo de producción.
  3. Invertir en desarrollo rural, no es posible que la única escuela de ganadería esté situada en las cercanías de Santander, las unidades formativas deben estar cerca de los núcleos rurales para ser efectivas. Asimismo, se debe crear un gran centro de I+D+I en ganadería ecológica que permita a los ganaderos acceder a la mejor tecnología existente para aumentar la calidad de la leche y la carne producida en Cantabria, dirigiendo las subvenciones a ese fin y no a mitigar las pérdidas de un modelo de producción agraria caduco y desfasado.

Por último, Cantabria debe desarrollar vías de comunicación hacia Europa, no hacia la meseta. En este contexto la unión ferroviaria mixta (viajeros y mercancías) con Euskadi es esencial, porque con ella se acerca la frontera francesa y por ende del resto de Europa a Cantabria. También hay que desarrollar el Puerto de Santander como gran vía de acceso al mercado europeo, desarrollando una estación de contenedores que permita el intercambio de bienes, pero con un objetivo claro; no destruir la Bahía de Santander en el camino. El actual proyecto de ampliación del Puerto es una barbaridad que pretende rellenar una gran parte de la Bahía junto a las naves de Raos.

El impulso de la producción económica ha de servir para modelar una estructura social basada en la justicia y la igualdad.

-Una Cantabria autogobernada

En la actualidad, la autonomía de Cantabria se enmarca en la legalidad de la Constitución española de 1978 y el Estatuto de autonomía de 1982. Conquista irrenunciable desde la Transición, Cantabristas considera que el fortalecimiento y desarrollo de las instituciones es una tarea permanente de los agentes sociales y políticos del país. En este sentido, esta fuerza política valora negativamente la emergencia de un centralismo de carácter autoritario que pretende continuar con los objetivos fracasados del nacionalismo español desde el siglo XIX y que pretende traducirse en un proceso de recentralización política.

Más aún, desde el principio de que la sociedad cántabra pueda decidir paulatinas y progresivas asunciones competenciales (soberanismo gradualista), Cantabristas asume los elementos de nacionalidad en la historia de Cantabria y, en la concepción del estado español, resalta el carácter plural (plurinacional, pluricultural y plurilingüístico) de España, en la que sin olvidar sus relaciones en el marco europeo y mundial, Cantabria ha de incidir como un pueblo más, como una sociedad que pueda ejercer su capacidad de autogobernarse y elegir las formas de relación con otros ámbitos de decisión y convivencia.

Cantabristas apuesta por una Cantabria con crecientes cotas de autogobierno, por un modelo de Estado en sentido contrario al españolismo autoritario (federación, confederación…) y una Europa en la que los pueblos, sus “regiones”, protagonicen una articulación que no debe ser suplantada por la preminencia de los estados-nación clásicos.

Para Cantabristas la construcción europea debe contar no solo con los Estados, sino con los Pueblos y Regiones de Europa. Consideramos que el actual andamiaje de la Unión Europea no representa al conjunto de la ciudadanía europea, pues excluye de la misma a las nacionalidades y regiones, a las cuales Europa debe otorgar nuevos poderes y responsabilidades, debiendo éstas tener un papel activo en la construcción europea, reconociendo su autonomía y contribuyendo a reforzar la democracia europea.

Una democracia que para Cantabristas debe recaer en los pueblos, los cuales deben estar representados en una cámara de representantes democrática, activa, propositiva y legislativa, de manera que sus leyes se hagan efectivas y formen parte de un cuerpo legislativo europeo, el cual debe ser ejecutado por la institución correspondiente, un ejecutivo que debe ser elegido por la Cámara de Representantes.

Cantabristas, por lo tanto, se opone a la existencia de órganos como los Consejos Europeos, que legislan al margen del Parlamento Europeo, haciendo que éste se convierta en una institución plenamente decorativa, alejándose estos consejos legislativos de aquella democracia de la que tanto hablan, y por lo tanto de la voluntad popular, de la ciudadanía y de los Pueblos europeos.

-Por Cantabria orgullosa de sí misma

La potenciación de la conciencia cántabra de identidad, a partir de las singularidades históricas y culturales del país y sus gentes, ha de impulsarse en simbiosis con los procesos de internacionalización.

Cantabristas concibe que la ciudadanía cántabra no será verdaderamente universal si, primeramente, no se asienta el ámbito específico de su identidad, posibilitando que lo local y cántabro no queden relegados a la subsidiariedad. Los sentimientos de pertenencia o adscripción múltiples (local, cántabro, estatal, supraestatal) para Cantabristas han de establecerse desde la potenciación de lo local y autonómico, como expresión del carácter histórico y cultural de la sociedad cántabra.

3.2. Modelo de sociedad progresista al servicio de la mayoría social

Cantabristas plantea un modelo de sociedad basado en la defensa de los derechos individuales y sociales de la ciudadanía, la apuesta por un sector público potente y saneado en la economía cántabra, con políticas de inserción y promoción de la mayoría social, garantizando los servicios sociales básicos (educación, sanidad, servicios sociales), la defensa del equilibrio medioambiental y el ecologismo, la protección de los sectores en proceso de liberación (juventud, mujer) o la defensa del movimiento de jubilados y jubiladas por unas pensiones dignas.

Cantabristas considera que Cantabria ha de convertirse en un sujeto político soberano que tenga la capacidad de decidir su política social, económica, cultural, organizativa, judicial, administrativa, territorial, etc. Por ello, considera al actual Estado Autonómico como insuficiente y apuesta por otro modelo.

-Economía de Futuros para la creación de empleo

Cantabristas apuesta por unas políticas industriales en Cantabria basadas en potenciar la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i), con investigaciones que energías renovables, especialmente a las distintas formas de energías marinas que tengan como móvil social prioritario la creación de empleo estable, cualificado y justamente remunerado.

En lo que respecta al Sector Primario, Cantabria debe apostar por una industrialización racional de este sector a través de una industria ecológica en el sector primario alimenticio.

-Infraestructuras para el desarrollo económico

Cantabristas, de acorde con lo anteriormente expuesto, plantea una planificación sensata de las redes de comunicación ferroviarias. Se apuesta por la mejora de la red de cercanías y por un tren de altas prestaciones el cual compatibiliza el transporte de pasajeros y mercancías. Apostando por tanto con un corredor del cantábrico, y un corredor con la meseta a través de trenes de altas prestaciones.

-Servicios Sociales y Estado de Bienestar

Los servicios sociales son una competencia compartida de Cantabria y exclusiva en su ejecución. El sistema de servicios sociales forma parte del Estado de Bienestar, junto con el derecho a la salud y la educación.

El Sistema de Servicios Sociales estará conformado por un Seguro Social Público, encargado de cubrir las necesidades sociales y proteger socialmente a los individuos, así como de ofertar toda una cartera de Servicios Sociales de exclusividad Pública.

Cantabria garantizará una Renta básica universal.

-Sanidad universal

 Cantabria desarrollará un Sistema Sanitario Público, haciendo realidad el derecho universal a la salud. Como tal Derecho Universal, la sanidad pública no podrá negar el acceso a la misma de personas en situación irregular.

El Estado impulsará la gratuidad de los servicios sanitarios, promoviendo y desarrollando políticas orientadas a elevar la calidad de vida y el bienestar colectivo de los ciudadanos a través de unos servicios sanitarios públicos de calidad, de tal manera que se haga innecesaria una sanidad privada para complementar o sustituir la sanidad pública. Salvo excepciones, no se autorizarán conciertos de la Sanidad Pública con la sanidad privada.

-Educación, protección del patrimonio cultural, lingüístico, medioambiental, ecológico y paisajístico

La educación al igual que la protección de todo tipo de patrimonio debe ser una competencia exclusiva de Cantabria. Se considera la educación un derecho universal, siendo un derecho fundamental, debiendo ser pública y gratuita en todos sus niveles, en la que no exista segregación por sexo o nivel económico, extendiéndose una red de centros públicos que sea capaz de escolarizar al conjunto de la población.

Respecto al patrimonio esta es una competencia ejecutiva de Cantabria, estando el Gobierno de Cantabria obligado a proteger nuestro patrimonio en sus diferentes categorías.  Se considera que el patrimonio medioambiental, ecológico y paisajístico está íntimamente ligado al hecho cultural cántabro, permitiendo la sostenibilidad de las redes culturales que conforman nuestro territorio, profundizando éste en las señas de identidad de nuestro pueblo, lo que hace necesario su protección.

-Políticas feministas

Sin que esta apelación en esta ponencia sea óbice para una más profundo desarrollo en una más específica, Cantabristas considera esencial en un modelo de sociedad progresista la plena atención y la adecuación de las políticas sociales a la situación individual, familiar, laboral y social de la mujer, por justicia y respuesta a las demandas de las organizaciones feministas, y porque la reivindicaciones de la mujer constituyen actualmente el sector mayoritario de las movilizaciones sociales, en Cantabria y en el Estado.

Como organización feminista, Cantabristas denuncia las causas estructurales del patriarcado y el comportamiento machista en este momento de desarrollo de la sociedad capitalista, y apuesta a que las cántabras y cántabros progresistas se alcen en conjunto contra la violencia de género, la brecha salarial y la discriminación de la mujer en todos los ámbitos económicos, sociales, políticos y culturales.

 

4. ESTRATEGIA PARA LA HEGEMONÍA DEL CANTABRISMO Y LA EXTENSIÓN DE CANTABRISTAS

Sobre las anteriores consideraciones analíticas, ideológicas y de proyecto para Cantabria, Cantabristas plantea un trabajo político que establece las bases de su estrategia, de cómo y para qué orientar su proyecto político.

4.1. Diálogo y entendimiento entre las diferentes tendencias y expresiones del cantabrismo

El movimiento cantabrista, ese conjunto de posiciones de tamiz económico, social, cultural, político y emocional, ha de articularse sobre unas mínimas bases de entendimiento.

Cantabristas apuesta por el establecimiento de un diálogo que aproxime a las asociaciones y tendencias del cantabrismo en su conjunto, para articular un trabajo de aproximación, coordinación e impulso de los elementos básicos que conforman la cantabridad y los móviles de su movimiento de construcción cantabrista, estableciendo un “programa de mínimos”.

Cantabristas propugna la aproximación a asociaciones y tendencias del cantabrismo sindical, cultural, asociativo e, incluso político. Cada grupo puede y debe jugar su papel específico, por lo que es necesario apoyarse y repartirse tareas de incidencia multisectorial, tanto en el ámbito de la sociedad civil como en la de las instituciones.

4.2. Consolidación de un poder crecientemente cantabrista

El cantabrismo ha de desarrollarse en todos los ámbitos de la vida cántabra: en el tejido económico, en las actuaciones sociales, en lo cultural y, por supuesto, en lo político. Es necesario un compromiso de todos los agentes instrumentales en favor de la institucionalización autonómica, para hacer que la Cantabria institucional sea una realidad, aunque mejorable, históricamente irreversible.

Frente al centralismo esgrimido por las élites, el cantabrismo ha de fortalecerse y Cantabristas ha de colaborar en que la llama de la cantabridad se consolide y se extienda. Es necesario asentar un poder político que ha de fortalecerse progresivamente y que, en estos momentos, está representado por un regionalismo de corto alcance de actuación eminentemente populista y provincialista y una izquierda formal no identificada por un claro compromiso con Cantabria.

4.2. Extensión del trabajo en el seno de la sociedad civil cántabra

Cantabristas concibe la actuación política en relación directa con la ciudadanía, por lo que el trabajo en los ámbitos más cercanos de la sociedad civil deben ser el comienzo de un trabajo que transcienda posteriormente a la lucha institucional. Este sería el “trabajo de calle”, de movilización y actuación en el seno de la sociedad civil de Cantabria.

Aunque las protestas iniciadas con el movimiento del 15 M han acabado eventualmente su ciclo, las reivindicaciones y movilizaciones feministas, ecológicas, del movimiento LGBTI, por la defensa del sistema de pensiones públicas, contra los desahucios de viviendas o la de plataformas concretas que puedan ponerse en marcha antes situaciones específicas, serán impulsadas y apoyadas por Cantabristas, adhiriéndose a los posicionamientos de los colectivos promotores u organizando respuestas organizativas propias.

Cantabristas debe ser una fuerza política con una ética ejemplar en la que los medios y los fines estén estrechamente ligados. Si planteamos una política que ponga en el centro las necesidades de las personas que habitan nuestra tierra, debemos actuar de esa manera en nuestra acción política.

El perfil ideológico y la expresión estratégica del proyecto político de Cantabristas es el fundamento que explica la apuesta de este partido por el desarrollo de acciones y la puesta en práctica de políticas cantabristas, en cuanto a la consideración de una Cantabria como marco de decisión y actuación, y progresistas, en cuanto al modelo de ideológico-social.

Los objetivos de esta estrategia política, por tanto, han de ser:

– La extensión del trabajo político de Cantabristas entre los sectores populares y clases medias de la sociedad civil de Cantabria, la mayoría social de nuestra tierra.

– La entrada en las instituciones.

4.3. Participación electoral para irrumpir en las instituciones políticas

                Una vez aprobados los textos explicativos de la ideología, proyecto político y estrategia, y puesta en marcha la organización del partido inicial, Cantabristas ha de elaborar sus propios programas para comparecer en todas las citas electorales en las que se proponga concurrir (elecciones a juntas vecinales y ayuntamientos, autonómicas, generales en el Estado y al Parlamento europeo), en su compromiso de servicio Cantabria y a la mayoría social.

Cantabria, 23 noviembre de 2019