La asociación ecologista Arca, el movimiento social Cantabria No Se Vende y el partido Cantabristas unen fuerzas frente a la Ley del Suelo, pendiente de su tramitación y aprobación parlamentaria.
Agrupados en la iniciativa Cantabria Sostenible, se refieren a un texto del que advierten que “pretende extender la construcción generalizada de viviendas que la costa sufrió en el pasado a todo el interior de Cantabria”.
De este modo, alertan, “el suelo rural o fértil, base de la vida y de la economía de la comunidad, se convertirá en mero espacio de especulación urbanística perdiendo su naturaleza y función”.
Según indican desde Cantabria Sostenible, la Ley del Suelo “ es insostenible ambiental y económicamente, porque degrada el espacio rural y el paisaje, destruyendo un recurso económico básico como es el suelo fértil”, además de apostar por la “economía improductiva de la especulación y construcción”, en lugar de impulsar la economía productiva agraria, ganadera, forestal, agroalimentaria, turística y cultural, garantizando la adecuada ordenación del territorio.
Tras recordar la pérdida de población en el medio rural, estas asociaciones y partidos matizan que eso no significa que en el futuro no haya población dispuesta a hacerlo. “Si durante siglos el suelo fértil de Cantabria se ha preservado para producir alimentos y servicios ecosistémicos, los poderes públicos tienen la obligación de garantizar su conservación a las generaciones futuras, en lugar de agotar definitivamente este recurso estratégico limitado construyendo en él”, apostillan.
Y lamentan que “los políticos de Cantabria han fracasado en consensuar un nuevo modelo productivo diverso, estable, digno y sostenible económica y ambientalmente a largo plazo”, mientras ahora “nos imponen su incapacidad promoviendo la indigna política de la destrucción irreversible de nuestro territorio rural, autorizando actividades y usos que otras comunidades rechazan, por ser contrarios a los principios más básicos de la ordenación territorial y la disciplina urbanística”.
En este sentido, Arca, Cantabria No Se Vende y Cantabristas recuerdan que en comunidades vecinas como el País Vasco y Asturias la construcción en suelo rural está “estrictamente prohibida y limitada”, y, al contrario, Cantabria “importa las peores prácticas del modelo urbanístico mediterráneo, apostando por la construcción generalizada y el turismo masivo, con sus consecuencias de destrucción ambiental y precariedad económica”.
“La ausencia de ideas, de visión de futuro, y de dignidad, lleva a nuestros responsables políticos a vender y destruir el recurso identitario más valioso y característico de Cantabria: nuestro territorio rural”, recriminan por último desde Cantabria Sostenible, pronunciándose contra la “Ley del Cemento” y en defensa de la identidad de Cantabria y la “dignidad económica y ambiental”.