El plan, que implicaría una inversión anual de 35 millones de euros, estaría destinado a quienes quisieran establecer en estos núcleos su vivienda habitual e iría acompañado de una normativa de estilos arquitectónicos para proteger el patrimonio arquitectónico existente.
Cantabristas ha propuesto, a través de una nota de prensa, un plan de rehabilitación de vivienda rural para combatir la despoblación.
El proyecto implicaría una inversión anual de 35 millones de euros y estaría destinado a quienes quisieran establecer en áreas rurales despobladas su vivienda habitual. Además, el plan iría acompañado de una normativa de estilos arquitectónicos para proteger el patrimonio arquitectónico existente.
Según ha explicado Paulu Lobete, secretario general de la formación, “el objetivo del plan es ofrecer una alternativa realista a la Ley del Cemento y la pretensión de llenar las zonas rurales de vivienda dispersa”, para lo que plantean “priorizar la rehabilitación dentro de los núcleos existentes y la preservación del valor arquitectónico y patrimonial de nuestros pueblos”.
Para la formación cantabrista, la rehabilitación de la vivienda existente es “la solución más lógica cuando existen miles de viviendas vacías, muchas de ellas en estado de abandono”, y una de las claves para combatir la despoblación.
Para ello, consideran que se debe poner en marcha un plan ambicioso, que supondría una inversión de 35 millones de euros y que repercutiría además de forma positiva en la economía y el empleo, reorientando el sector de la construcción hacia una actividad que va a ser clave durante los próximos años. Con ello, se buscaría cubrir hasta un 80% del coste de la rehabilitación de la vivienda, siempre que se trate de vivienda habitual y se cumplan una serie de requisitos, en los municipios considerados “en riesgo de despoblación”.
En paralelo con la puesta en marcha de este plan, desde Cantabristas proponen “la elaboración de un Catálogo Arquitectónico autonómico, que recoja la diversidad y los valores de la arquitectura tradicional cántabra”, y sirva como base para “el establecimiento de una normativa que regule el estilo constructivo en las diferentes comarcas de Cantabria”.
Según la formación política, este tipo de medidas contribuirían, por una parte, a atajar el problema de la despoblación en un momento en que “se está utilizando esta cuestión para abrir la puerta a la especulación y a la construcción de segundas viviendas en suelo rústico” y, por otra, “a facilitar el acceso a la vivienda para la población de zonas rurales y para aquellas personas que quieran desarrollar allí su proyecto de vida”, así como a dinamizar la economía y favorecer la recuperación.
Por otra parte, también se busca aumentar la eficiencia energética de las edificaciones existentes, dentro de una estrategia de lucha contra el cambio climático. Al mismo tiempo, con la catalogación y puesta en marcha de una normativa de estilos arquitectónicos contribuiría a “poner orden” ante “la proliferación de instalaciones y estructuras de todo tipo, con un impacto negativo sobre el paisaje y el patrimonio”.