Para la formación política, este proyecto representa “la enésima ocurrencia para hipotecar el futuro de Cantabria, metiendo un tren articulado en una zona de alto valor medioambiental y de uso ganadero” y se pregunta “si también van a poner escaleras mecánicas para subir a las cumbres”.
Paulu Lobete, secretario general de Cantabristas, ha anunciado que su formación política “presentará alegaciones ante el tren turístico de Picos de Europa”, promovido por el Ayuntamiento de Camaleño y que se encuentra en información pública desde el 9 de abril. Para Cantabristas, el proyecto “supone un paso más en el plan de masificación turística de Picos de Europa, que se suma al proyecto del aparcamiento en altura de Fuente Dé”, cuyas consecuencias implicarían “una sobreexplotación turística de una zona natural, subiendo a miles cada día de personas a zonas de alta montaña y aspirando a subir cada vez a más”. En ese sentido, ironizan, “a estas alturas cabe preguntar si también pretenden poner escaleras mecánicas para subir a las cumbres”, una idea que “ya ni sorprendería”.
Se trata de proyecto para poner en marcha un tren turístico o, como se conoce coloquialmente por mucha gente en Cantabria, un “magdaleno”, que según explica Paulu Lobete, “implicaría según los pliegos un beneficio para el municipio de apenas 2.500€ al año”, a cambio de “convertir un lugar como los Puertos de Áliva en un lugar transitado por cientos o miles de personas al día”, convirtiendo una zona de alto valor ecológico y tradicional uso ganadero en “un decorado más del parque temático del turismo masivo en que este Gobierno y algunos Ayuntamientos parece querer convertir Cantabria”.
Por eso, desde el partido Cantabristas, piden tanto al Gobierno de Cantabria como a los Ayuntamientos que cese ya lo que califican como “un auténtico concurso de ideas absurdas y ocurrencias”, entre las que citan como “máximo exponente” el recientemente anunciado parque acuático de Sierrallana.
Para Cantabristas, este tipo de proyectos “no son anecdóticos, aunque puedan parecer incluso absurdos”, sino que forman parte del planteamiento “de un modelo turístico y, en general, de un modelo de desarrollo económico, que pone por delante los beneficios particulares e inmediatos en detrimento del interés general y el futuro de Cantabria”.