El partido cantabrista, que ha denunciado en varias ocasiones las consecuencias negativas del modelo turístico actual, lanza una serie de propuestas y actuaciones para impulsar la planificación y orientación estratégica del turismo cántabro, que a día de hoy se rige por la improvisación y el “cuanto más mejor”, sin pensar en las consecuencias negativas que tiene para la población en cuestiones como la vivienda o la prestación de servicios
Cantabristas ha presentado públicamente su plan para avanzar hacia una estrategia turística cántabra sostenible y de futuro. A través del documento “Cuidar Cantabria”, el partido cantabrista, que ha denunciado en varias ocasiones las consecuencias negativas del modelo turístico actual, lanza una serie de propuestas y actuaciones para introducir una visión estratégica en la política turística cántabra desde la perspectiva de la sostenibilidad, el equilibrio y el respeto por nuestro territorio y sus gentes. El candidato autonómico de Cantabristas, Paulu Lobete, destaca la importancia del sector turístico para la economía cántabra, pero considera necesario “apostar por un modelo mixto que permita el desarrollo de otras actividades económicas, dejando atrás la hiperdependencia y el modelo del monocultivo turístico promovido por los principales partidos de Cantabria”.
Paulu Lobete considera necesario adoptar una perspectiva a largo plazo, poniendo también el foco “en las externalidades que el turismo genera; es decir, en las repercusiones negativas que tiene para la población cántabra la masificación turística en cuestiones como el acceso a la vivienda, la prestación de servicios, la degradación de espacios naturales o la subida de precios”. Por eso, desde Cantabristas señalan que el turismo, como actividad económica de especial relevancia, “requiere de una planificación y orientación estratégica basada en la sostenibilidad y en minimizar todo lo posible el impacto negativo que tiene sobre la gente que vivimos aquí todo el año”.
En este proyecto, Cantabristas propone medidas concretas para mitigar las consecuencias negativas que pueda tener la actividad turística, como la limitación en la adquisición de vivienda por parte de fondos de inversión o la creación de un impuesto sobre las estancias en establecimientos turísticos, con el objetivo de recaudar recursos para que los beneficios económicos del turismo reviertan en la población. Además, también plantean, entre otras, actuaciones generales como incorporar la dimensión del territorio y el medioambiente en la gestión institucional del turismo; actuaciones en materia de ordenación del territorio como derogar la Ley del Suelo actual e imposibilitar la construcción de vivienda unifamiliar en suelo rústico no vinculada a explotación agraria; o actuaciones en materia de vivienda, como la puesta en marcha de medidas para un adecuado control y regulación de las viviendas turísticas.