Desde la formación política ya han realizado críticas en ocasiones anteriores con el funcionamiento de la Comisión Regional de Ordenación del Territorio y Urbanismo (CROTU), pero denuncian que esta decisión de la nueva consejería de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente “desmantela por completo un órgano que debería contar con una visión técnica para velar por el territorio, convirtiéndolo en un coladero favorable a las constructoras”
Cantabristas considera muy grave la decisión del Gobierno Autonómico, que excluye a cinco colegios profesionales de la participación efectiva en las decisiones de la Comisión Regional de Ordenación del Territorio y Urbanismo (CROTU), lo que a juicio de la formación política convierte a esta comisión en una farsa total”. Roberto Media, el nuevo consejero de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, ha expulsado del organismo a geógrafos, abogados, ingenieros agrónomos, ingenieros técnicos y biólogos, dejando que las decisiones de la CROTU las tomen exclusivamente cargos políticos, arquitectos e ingenieros de caminos.
Para el portavoz cantabrista, Paulu Lobete, esto atenta directamente contra el sentido fundamental de esta comisión, que “debería ser precisamente garantizar el cumplimiento de la legalidad en el desarrollo de proyectos de construcción y urbanísticos, algo que no sucedía ya con el ejecutivo anterior” y que, con esta decisión, “se confirma hasta el punto de excluir a los sectores que más preocupación han demostrado por el cumplimiento de la normativa, consolidando la mayoría aplastante de los cargos de designación política”.
Así mismo, considera que “todo esto no sería posible sin la colaboración del ejecutivo anterior, que aprobó una Ley del Suelo que está facilitando la construcción de segunda vivienda turística en suelo rústico” y que “pone todas las herramientas al servicio del PP para terminar de entregar Cantabria al modelo de la especulación y el turismo masivo”. Por eso, señala Lobete, desde Cantabristas siempre se ha puesto el foco “en el tipo de modelo que se pretende desarrollar, que es el mismo por parte de todos los partidos que han gobernado Cantabria: volver al ladrillo, entregar el territorio a la especulación urbanística y convertir Cantabria en una colonia turística donde se vengan a hacer un chalet los ricos de Madrid y otros lugares”. Y por eso, reivindican “la necesidad de apostar por un modelo que ponga a la gente de Cantabria y a su territorio en el centro, protegiendo el suelo de quienes quieren hacer negocio a corto plazo, y garantizando el mantenimiento de nuestros valores medioambientales y paisajísticos”.