Santander para vivir

Presentamos este programa para avanzar hacia una ciudad moderna, sostenible y centrada en la habitabilidad de las personas. Debemos dejar atrás de una vez ese modelo urbanístico del hormigón y el cemento que asfixia la interrelación entre la urbe y el medio natural y que, en última instancia, atenta contra la salud de sus habitantes. Queremos una ciudad donde podamos vivir, donde podamos respirar aire fresco y que esté integrada en el maravilloso entorno natural cántabro en el que se encuentra. Queremos una ciudad amable con sus vecinos y vecinas, atractiva y en la que la salud y el bienestar de su gente sea la prioridad.

2.1. UN URBANISMO CENTRADO EN LAS PERSONAS

Santander es un municipio con una evolución compleja, ya que, por su orografía y la presencia del mar en tres de sus límites, se impone un crecimiento hacía el oeste. La presencia de zonas más altas sobre el nivel del mar hace que la distribución de viales y calles sea principalmente de oeste a este y que los ejes de movilidad y servicios norte-sur escaseen.

Santander sufre desde hace más de 50 años un urbanismo dominado por las ideas más inhumanas: aislar a las personas, alejar los servicios básicos del centro de la ciudad, generar zonas de subducción social, empujar a una parte importante de la población a otras poblaciones dormitorio e implementar la imposición de un modelo de vida, de ocio, de cultura y de consumo que prioriza la productividad a lo humano. En definitiva, sigue un manual del perfecto urbanismo hostil, borrando del mapa cualquier atisbo de historia, tradición, cultura genuina y desarrollo de una comunidad comprometida con su medio natural y social.

Es por ello que nuestro modelo de ciudad debe empezarse a construir en términos de sostenibilidad y urbanismo humano. Basar el diseño de los servicios y vías de comunicación como un “todo”, permitiendo a todas las personas vivir con plenitud, tener oportunidad de crecer y desarrollarse plenamente de forma individual y como integrantes de la comunidad, para, al aproximarse al final del recorrido, disfrutar con todas las garantías de descanso, cuidados y empatía colectiva, que les permita llevar una vida digna, asequible y enriquecedora.

Por ello, uno de los ejes principales de desarrollo de la ciudad debe ser una ciudad pensada por y para la ciudadanía, con posibilidad de acceder a núcleos de servicios, ocio, entretenimiento, atención social y de salud en menos de 15 minutos. El modelo de “ciudad de los 15 minutos” debe empujar los cambios para que poco a poco los barrios y localidades de Santander sean lugares que permitan realizar las tareas más relevantes y cotidianas de su vida cerca de su hogar.

  1. Diseñar un nuevo Plan General de Ordenación Urbana con propuestas a medio y largo plazo para rediseñar la Santander del futuro. Utilizando para ello documentación previa, estudios medioambientales y otros elementos que ya han abierto el camino a la reflexión para remodelar Santander hacia la sostenibilidad en todas sus esferas e implicaciones. Este gran pacto por la ciudad se debe asentar en la participación y consenso de la población civil en toda su magnitud.
  2. Desarrollar un modelo de ciudad centrado en la calidad de vida de las personas que la habitan, permitiendo vivir, crecer y compartir.
  3. Recuperar las entidades locales menores de Cueto, Monte, San Román de la Llanilla y Peñacastillo, siendo esta una forma de representación de democracia directa y participativa, que permitiría una gestión territorial mucho más justa y que además supondría la recuperación de una estructura democrática tradicional.
  4. Crear un plan de barrios, definiendo su delimitación a partir de su tradición y sentimiento de pertenencia junto a criterios técnicos, de manera que los servicios sociales, culturales y administrativos del ayuntamiento puedan llegar a prestarse a este nivel.
  5. Integrar los centros cívicos, los centros culturales y las UTS bajo un mismo techo, con el objetivo de que cada barrio cuente con un centro municipal que sea capaz de ofrecer los servicios sociales y culturales de forma unificada.
  6. Hacer cumplir las leyes de Memoria Histórica de 2007 y 2022, así como de la Ley de Cantabria de 2021, en lo relativo al callejero de Santander, sustituyendo la nomenclatura de las calles franquistas de Santander por personajes relevantes de la cultura, las ciencias, las artes o el deporte que de alguna manera hayan tenido relación con la capital cántabra o nuestra comunidad.

2.2. CIUDAD VERDE Y SOSTENIBLE

En Cantabristas defendemos un modelo de ciudad donde la naturaleza se integre con el medio urbano, al estilo de muchas otras ciudades del Atlántico Europeo. La ciudadanía de Santander tiene derecho a disfrutar de la naturaleza autóctona y a vivir en un entorno saludable, así como de disponer de espacios naturales para el esparcimiento y el ocio en nuestros barrios (más allá de las grandes áreas como Las Llamas o la degradada Magdalena).

Una ciudad verde y arbolada con vegetación autóctona, con fauna local y un ecosistema enriquecido, es una garantía de salud. De hecho, las enfermedades asociadas a la polución del aire y a la mala calidad de vida afectan a gran cantidad de personas cada año. Por ello, apostar por lo natural es apostar por nuestra salud. Es una postura que va mucho más allá de la mera convicción naturalista o estética de una ciudad verde. Es apostar completamente por una ciudad que proteja la salud y las buenas condiciones de vida en todo momento.

El gobierno municipal actual está muy alejado de nuestra perspectiva, ya que ha apostado insistentemente por reducir al mínimo la vegetación a la hora de crear nuevos espacios verdes, construyendo grandes plazas de cemento en la que las plantas y el arbolado son algo exclusivamente ornamental. Sin lugar a dudas, el interés y la salud debe estar por encima de los intereses de las empresas constructoras que se lucran con este tipo de obras, sin sentido y de pésima funcionalidad. Además, se ha ignorado repetidamente el arbolado y la vegetación autóctona de Cantabria, ausente casi por completo de los espacios verdes en el núcleo urbano. Todo esto, bajo la falsa asociación a la modernidad y el desarrollo del asfalto y las plantas exóticas (o al menos, ajenas al paisaje oceánico en el que vivimos) y una visión de la naturaleza como algo “caro de mantener”, propia de quienes desconocen los amplios parques europeos y norteamericanos, en los que incluso se convive con fauna (ardillas, zorros…).

Por esto, desde Cantabristas vemos necesario elaborar un gran plan para arbolar la ciudad, sobre todo en los barrios, expandiendo las zonas verdes por todo el espacio municipal y conjugando el azul característico de Santander, con el verde, tal y como hacen las grandes ciudades del arco atlántico. En definitiva, planificar la ciudad desde el punto de vista de que el medio ambiente alberga a la ciudad, y no al revés.

    1. Aumentar la presencia de espacios verdes en la ciudad, mediante la transformación de espacios hormigonados en parques con arbolado.
    2. Reducir el efecto “isla de calor” de las calles mediante la plantación de árboles.
    3. Repensar la ubicación de los árboles y bancos en los parques y plazas de Santander para que haya zonas donde sentarse a la sombra a distintas horas del día.
    4. Dotar a la plantilla de trabajadores y trabajadoras de Parques y Jardines de orientaciones claras y la formación técnica necesaria para la realización de podas de mantenimiento respetuosas.
    5. Crear una ordenanza municipal para elevar el nivel de protección de los espacios naturales marítimos, potenciando su resurgir y el fortalecimiento de los ecosistemas costeros y marinos.
    6. Rediseñar un plan de choque contra la pérdida de arena en las playas, ya sea por los temporales cada vez más intensos, o por la propia corriente de la Bahía.
    7. Demoler el espigón de la Magdalena, implementando otras medidas que puedan favorecer la protección de nuestro litoral de la forma más natural posible, contando con la colaboración de entidades expertas en urbanismo marítimo y servicios técnicos especializados.
    8. Potenciar el uso de los huertos urbanos mediante la mejora de sus instalaciones.
    9. Crear un registro de árboles singulares y prestar particular atención a su mantenimiento.
    10. Crear un plan municipal de lucha contra especies invasoras. Consideramos que dicho plan puede centrarse en el plumero por su carácter simbólico a nivel autonómico, pero no deberá descuidar el resto de especies como por ejemplo la onagraria en zonas de marismas.
    11. Realizar un repoblamiento de especies autóctonas en aquellas zonas donde las intervenciones de lucha contra especies invasoras hayan reducido la vegetación.
    12. Creación de un programa de apoyo económico y técnico a las entidades protectoras de animales y a los refugios y santuarios de animales heridos o abandonados.
    13. Solicitar al Gobierno del Estado los terrenos de Defensa de la Remonta. Está solicitud iría acompañada del plan y la propuesta que presentamos en abril de este año 2023 para el aprovechamiento de los terrenos e infraestructuras de la zona; que consiste en recuperar la finca para los y las vecinas de Santander con la creación un nuevo espacio verde y servicios socio-culturales en el municipio, partiendo del reaprovechamiento de los terrenos e infraestructuras ya existentes en la zona.
    14. Diseñar un plan estratégico para reducir la contaminación lumínica de nuestra ciudad, con el que mitigar problemas como el insomnio, la fatiga, la ansiedad o la incapacidad de concentración. Algunas herramientas para ello pueden ser:

a) Hacer una buena orientación de los puntos de iluminación.

b) Utilizar sensores de movimiento en aquellas calles o avenidas que no tengan una afluencia intensa de gente.

c) Utilizar bombillas y lámparas poco contaminantes y que iluminen solo lo imprescindible.

d) Evitar, en la medida de los posible, que la iluminación urbana sea proyectada hacia el cielo.

    1. Reducción de la contaminación acústica, causante de molestias a nivel de salud física y psicológica. Para ello, planteamos un plan que integre las siguientes ideas:

a) Estudio y elaboración de un mapa de ruidos en colaboración con expertos técnicos para desarrollar un plan de actuación a la medida de los datos obtenidos.

b) Reducir el tráfico rodado en espacios urbanos.

c) Controlar de forma eficiente las emisiones de ruidos producidos por fuentes como los establecimientos de hostelería, pubs y discotecas, los trabajos en vías públicas y la utilización excesiva e innecesaria de bocinas, sirenas y señales acústicas.

2.3. MOVILIDAD Y TRANSPORTE PÚBLICO

La movilidad está siendo uno de los grandes retos del momento, en Santander y en todo el mundo. La emergencia climática, el agotamiento de los recursos naturales y la democratización del acceso y derecho al desplazamiento son elementos claves en el desarrollo del transporte del futuro. Dada la importancia que le damos a esta área, entendiendo su papel fundamental como herramienta vertebradora del territorio, desde Cantabristas ya presentamos a finales de 2022 una propuesta de Modelo Cántabro de Transportes, que a partir de la reorganización de los recursos que ya existen en la actualidad a nivel autonómico, conseguiría vertebrar todo el territorio cántabro garantizando la movilidad intercomarcal a toda la población. Con ello, todas las comarcas y pueblos cabecera de los valles estarían conectados con el resto del territorio a través de una red de ferrocarril como eje vertebrador y líneas de autobuses regulares que conectarían todos los valles y zonas a esas líneas principales.

En esta propuesta de reorganización del transporte público cántabro, incluimos la comarcalización del transporte como una solución para la movilidad en la comunidad en general y en Santander en particular. Los puntos referentes al transporte público que aparecen en este programa están extraídos directamente de dicha propuesta, por lo que para más detalle nos remitimos a ella. A grandes rasgos, defendemos el transporte en la ciudad como un servicio de interés público, por ello, en Cantabristas Santander reivindicamos invertir esfuerzos institucionales en garantizar que todas las personas puedan desplazarse sin requerir el uso de vehículo motorizado privado. En línea con esto, reclamamos tener más presente en las políticas municipales las formas de movilidad peatonal y la ciclista (englobando en ella los VMP), como medios de transporte saludables, sostenibles con el medio ambiente y respetuosos con nuestros vecinos y nuestras vecinas.

    1. Desarrollar una política realista para crear Zonas de Bajas Emisiones y lucha contra la polución en el municipio. Creemos que la ZBE debe ser efectiva, limitando la contaminación donde se aplique, pero deben buscarse criterios para su implantación que tengan en cuenta la realidad socioeconómica de quienes accedan a estas zonas de la ciudad.
    2. Construir tres aparcamientos disuasorios gratuitos a las afueras de la ciudad (Varadero, Cajo y Cavaduca) y dotarlos de buenas conexiones a través del transporte público o autobuses lanzadera.
    3. Mejorar el conjunto de líneas mediante la comarcalización del transporte, mejorando las frecuencias y los trayectos que cohesionan Santander, así como las comunicaciones con los municipios que la rodean.
    4. Mejorar las paradas de las distintas líneas del TUS. Muchas de ellas, principalmente en las localidades de Monte, Cueto, San Roman y Peñacastillo, no cuentan con asubiadero, por lo que es necesaria su instalación. Así mismo, es necesario reubicar, mejorar o reforzar la vigilancia para impedir el aparcamiento, en aquellas paradas en las que resulta dificultoso acceder al autobús por diferentes motivos, especialmente a personas con movilidad reducida.
    5. Colaborar como capital de la Comunidad en el desarrollo de un consorcio de transporte público autonómico.
    6. Mejorar la comunicación entre San Román de la Llanilla y el centro de Santander duplicando el número de autobuses en circulación para que la frecuencia pueda reducirse hasta los 15 minutos (actualmente, se tarda entre 30 y 60 minutos).
    7. Realizar un estudio para implantar a corto plazo el Transporte Urbanos de Santander en distintos corredores Norte-Sur.
    8. Prolongar la línea 16 por ambos extremos para crear una línea transversal norte-sur. Nuestra propuesta plantea que se una la plaza de la Estaciones con la Maruca, permitiendo así un acceso directo desde Monte a la ciudad.
    9. Potenciar y proteger la movilidad peatonal. Concebimos que en una ciudad del tamaño de Santander la movilidad peatonal es la más saludable, rápida y eficiente. Por ello proponemos una revisión de los tiempos de espera peatonales de los semáforos y la eliminación de obstáculos de las aceras.
    10. Garantizar la seguridad en la calzada de los vehículos vulnerables, como bicicletas y VPM, mediante una combinación de medidas que influyan en la “pacificación del tráfico” y la creación de una ordenanza de circulación que tenga en cuenta las características de esta forma de movilidad y su importancia como transporte sostenible y saludable; así como mediante el desarrollo de carriles-bici protegidos en las calzadas y fuera de las aceras allá donde no se pueda pacificar la circulación.
    11. Extender la red TUS-bici a todo el municipio e implementar las siguientes mejoras:

a) Reorganizar todo el sistema, puesto que actualmente la red tiene un planteamiento totalmente orientado al turismo.

b) Implementar la asistencia eléctrica para ayudar a superar las pendientes de la ciudad.

c) Desarrollar un sistema más ágil de pago, incorporándose en la propia tarjeta del TUS.

  1. Negociar con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana la habilitación de los túneles de servicio de La Marga-Albericia para que puedan usarse de manera peatonal y ciclista, y de esta manera salvar las pendientes entre estas dos zonas de la ciudad.
  2. Cubrición de escaleras mecánicas.
  3. Diseñar un plan de reforma de la accesibilidad para personas con movilidad reducida en aquellas zonas cuyo acceso sea dificultoso, impulsando, reformando y reforzando los viales de accesibilidad en cualquier zona de Santander.

2.4. SALUD Y BIENESTAR

En Cantabristas Santander creemos que promover el bienestar a todas las personas, siendo respetuosos con nuestro entorno, es la principal meta política que cualquiera que se dedique al servicio público debería perseguir. Mejorar la calidad de vida en todas sus dimensiones pasa inexcusablemente por blindar la salud de nuestra gente, atendiendo tres principales espacios de intervención: salud física, salud mental y salud social. Aunque la mayoría de las competencias en materia de salud no son municipales, creemos que desde la gobernanza local se puede hacer una apuesta decidida en materia de prevención generando una ciudad que favorezca los cuidados, espacios de bienestar y rutinas saludables que fomenten una vida más sana y reparadora, enriquecedora y amable, tranquila y feliz.

El Ayuntamiento debe ser consciente de que la salud y el bienestar de las personas también es su responsabilidad. La gestión municipal no puede ser simplemente la prestación de servicios ineludibles por la administración pública, sino que debe ser una herramienta para construir una sociedad mejor en el ámbito más próximo, local y de cercanía, desde la perspectiva de los derechos humanos y la inclusividad. A fin de cuentas, también es responsabilidad de las administraciones locales que toda la ciudadanía pueda llevar una vida plena, satisfactoria, digna, amable y feliz.

  1. Fomentar la actividad física a través de la creación, mejora, rediseño o aprovechamiento de los espacios públicos, y deportivos con actividades y propuestas para todas las edades y capacidades. Para ello hay que mejorar la coordinación entre la Concejalía de Salud y Bienestar y el Instituto Municipal de Deportes para crear una oferta de propuestas que llegue a todos los barrios.
  2. Desarrollar campañas de prevención y concientización sobre enfermedades crónicas, como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
  3. Fomentar la alimentación saludable, apoyando a agricultores locales y estableciendo incentivos para el consumo de productos frescos y saludables, la slow food y el consumo responsable o de kilómetro cero.
  4. Crear un plan estratégico de ruido y bienestar. El ocio nocturno, las obras de mantenimiento, las manifestaciones, conciertos y actuaciones artísticas en vivo o el propio tráfico, generan un volumen de ruido y molestias que es necesario combatir para permitir el descanso y sueño de toda la ciudadanía. Es importante definir cuándo, cómo y quién puede generar esos ruidos y molestias para garantizar el bienestar de la población que habita Santander.
  5. Fortalecer y crear servicios y medidas de apoyo municipales de atención psicológica y psiquiátrica accesible y gratuitoa para toda la ciudadanía que compensen las enormes listas de espera de los servicios públicos de salud mental, especialmente en la atención a las conductas suicidas, los malos tratos o los desórdenes alimenticios.
  6. Desarrollar programas de prevención y concientización sobre salud mental y trastornos mentales, luchando para mejorar la detección e intervención de los problemas de salud de la infancia y la juventud.
  7. Fomentar la creación de espacios de encuentro y apoyo para personas que padecen problemas de salud mental. Entendemos que el acompañamiento de enfermos y familiares es fundamental para poder asumir el proceso de mejora.
  8. Promover la creación de espacios comunitarios (centros cívicos e instalaciones similares) que fomenten el encuentro y la interacción entre los ciudadanos.
  9. Fomentar la participación ciudadana en la política local y la colaboración entre los distintos sectores de la sociedad.
  10. Desarrollar campañas de prevención y concientización sobre el respeto a la diversidad y el fomento de una cultura de tolerancia y convivencia pacífica.
  11. Unificar un punto de información municipal sobre salud y bienestar con toda la información de servicios municipales, ayudas, medios, entidades, empresas o colectivos que pueden ser de utilidad para una persona que requiera atender su realidad física y mental.

2.5. VIVIENDA DIGNA Y ACCESIBLE

Santander es una ciudad que lleva años sufriendo una pérdida constante de población. De acuerdo al INE, en Santander viven unas 12.500 personas menos que hace 20 años. Además, este fenómeno ha ocurrido a la par que los cuatro pueblos del municipio (Cueto, Monte, San Román y Peñacastillo) han aumentado su población en más de 5.000 personas en el mismo periodo.

Que la urbe de Santander esté perdiendo población a un ritmo desenfrenado hace que nuestra ciudad se tenga que enfrentar a problemas importantes a nivel social y económico. El entorno urbano está sufriendo un marcado envejecimiento demográfico, principalmente a causa de que la gente más joven no tiene poder adquisitivo para vivir en Santander, ni mediante compra ni con alquiler de vivienda, por lo que hay un proceso de emigración hacia la periferia municipal y especialmente hacia los municipios limítrofes.

El aumento de la vivienda destinada al alquiler vacacional, que en la ciudad supera las 1.500 viviendas, está tensionando los mercados de la vivienda, haciendo que se incrementen los precios tanto de compraventa como de alquiler, ajustándose a las rentas más elevadas del turismo procedente de zonas con salarios más elevados que en Cantabria. Además, hay que tener muy presente que, según datos consistoriales, más del 90% de las viviendas de alquiler turístico están fuera del marco legal de arrendamiento de estas características.

Cantabristas tiene como objetivo recuperar vivienda para el disfrute de los habitantes que viven aquí todo el año, garantizando el acceso a este derecho fundamental. Esto debe hacerse rehabilitando y sacando al mercado la ingente cantidad de vivienda cerrada que hay en el centro urbano y construyendo nueva vivienda en suelos apropiados para ello, pero nunca hormigonando más espacios naturales y pulmones verdes del municipio.

  1. Evitar la planificación de nuevas promociones de viviendas o alojamientos de todo tipo, así como bloquear las peticiones de recalificación de terrenos, hasta que se apruebe el nuevo Plan General de Ordenación Urbana.
  2. Aumentar las funciones de la Sociedad de Vivienda y Suelo de Santander (SVS) transformándola en un instrumento útil para revertir la pérdida poblacional, con capacidad para gestionar la compra y venta de viviendas, gestionar las permutas de las mismas, asesorar a las personas usuarias, identificar incumplimientos de la normativa, etc.
  3. Aumentar el parque de viviendas en alquiler social, llegando a acuerdos con entidades como la SAREB y entidades bancarias en general, bien sea mediante compra, cesión o acuerdos de alquiler. Avanzar desde la cobertura de las necesidades de las personas en situación de exclusión social a la extensión de los alquileres a precios asequibles a la población en general.
  4. Desarrollar el parque de vivienda pública priorizando el modelo de ciudad compacta, a partir de suelos ya urbanizados, y el despliegue del mismo por las diferentes zonas del municipio, frente al modelo de desarrollo de vivienda pública únicamente en áreas periféricas o en suelos no urbanizados, como el Cierro del Alisal.
  5. Perseguir de forma eficaz las irregularidades e ilegalidades en los contratos de alquiler, ya sea turístico o convencional. Los alquileres sin contrato suponen fraude económico, inseguridad jurídica para las personas arrendatarias y desvirtúan los datos reales de alquiler dificultando la llegada de ayudas y el desarrollo de planes y proyectos para la mejora de la habitabilidad.
  6. Potenciar las subvenciones destinadas a la instalación de ascensores y otras formas de apoyo a la movilidad para que todas las personas puedan salir de sus casas independientemente de sus circunstancias físicas o de movilidad.
  7. Crear planes de reurbanización de zonas degradadas, solares, pisos en riesgo de derrumbe para impulsar nuevas viviendas, o reformadas, en toda la ciudad, apostando por un urbanismo más compacto y racional.
  8. Crear un plan de ayuda para el alquiler a largo plazo que permita a la ciudadanía encontrar pisos en régimen de alquiler con precios competitivos, respaldando y garantizando tanto a la persona arrendataria como a la arrendadora.