El partido ecologista ironiza con el nombre de la nueva Ley del Suelo al considerar que, más allá de la lucha contra la despoblación, haya tras ella intereses privados de constructoras
Cantabristas ha mostrado su oposición a la desregulación del suelo rústico que ha propuesto la nueva Ley del Suelo (autorización para construir en los pueblos saltándose el planeamiento urbanístico, sin superficie mínima de parcela y sin tener que pagar las licencias), a la que los ecologistas han llamado irónicamente “Ley del Cemento”, del Gobierno de Cantabria. La formación cantabrista considera que tras ella “puede haber intereses privados de constructoras, que busquen sacar provecho de una cuestión tan importante y urgente como es la lucha contra la despoblación del mundo rural”.
Desde Cantabristas ven oportuno facilitar la instalación de empresas en el ámbito rural otorgando ventajas fiscales, pero creen que la desregulación que plantea esta “Ley del Cemento” puede “destruir el valor añadido que los pueblos y sus paisajes pueden aportar a este tipo de negocios, desaprovechando las ventajas y características diferenciadoras que ofrece gran parte de nuestro territorio”. En sustitución de esta desregulación del suelo rústico, Cantabristas propone generar un Plan de Rehabilitación de viviendas vacías, en estado de ruina o fuerte deterioro, con el objetivo de aumentar la vivienda disponible en nuestros pueblos.
Así mismo, el partido cantabrista plantea la necesidad de realizar estudios autonómicos sobre las bolsas de suelo improductivo, en desuso o degradados que sí pudieran ser objeto de “algunas medidas orientadas a potenciar el tejido económico y, por tanto, frenar la despoblación”. Por otro lado, Cantabristas considera que debería blindarse la protección de los suelos de alto valor agrológico (ZAE), otorgándoles la categoría de Reserva de Suelo, con el objetivo de potenciar la diversificación de la producción agrícola en Cantabria y mejorar la situación del sector primario.