La portavoz de Cantabristas realizó una intervención durante el 28 de julio en Puente San Miguel para reivindicar la necesidad de “caminar hacia una Cantabria más justa, libre e igualitaria”
Al margen de los actos convocados por el Gobierno de Cantabria durante el 28 de julio -Día de las Instituciones- en Puente San Miguel, Cantabristas realizó un acto frente a la Casa de Juntas reivindicando la fecha como Día de Cantabria por su importancia simbólica en la construcción del autogobierno de nuestra tierra. En él, Ana Póo, portavoz de Cantabristas, incidió sobre la necesidad de “luchar por que sea el pueblo cántabro quien decida sobre las cuestiones que más nos afectan” para poder seguir caminando “hacia una Cantabria más justa, libre e igualitaria, en la que se garanticen los derechos laborales y sociales, se respeten las libertades individuales y colectivas, se proteja debidamente el medioambiente y se valore la cultura como algo más que un mero atractivo turístico”.
La portavoz cantabrista señaló a los partidos de derecha por negar continuamente nuestra historia, “llegando incluso a haber eliminado este histórico día del calendario de festividades cuando estuvieron en el poder”. El centralismo que promulgan, explicó Póo, es “un atentado contra la voluntad popular, como ya vimos con el caso del fracking, en el que las decisiones tomadas en Madrid primaban frente al consenso absoluto de la sociedad cántabra”. Así mismo, afeó a los partidos de la izquierda que se hayan interesado muy poco por nuestra historia y cultura, “dejando el 28 de julio, día de todos y todas las cántabras, en manos exclusivas de las instituciones”.
Ana Póo también dirigió unas palabras al PRC, recordando al partido de Revilla que “lleva muchos años con la posibilidad de dignificar este día, pero que ha preferido seguir acaparándolo para las instituciones, dejando al pueblo al margen de esta fecha que conmemora un hito histórico para la Autonomía de Cantabria”. La portavoz se mostró preocupada por la inactividad del partido regionalista y su reticencia a realizar avances, ahora que se dicen progresistas.