El partido lamenta que se complete el proceso de desvinculación de la antigua Caja con Cantabria, y se muestra preocupado por sus consecuencias.
Cantabristas ha alertado de los riesgos que entraña para Cantabria la unificación de Liberbank y Unicaja, en la que ambas entidades bancarias están trabajando estos días. “Este proceso supone la consecución del proceso que se inició con la desaparición de Caja Cantabria, y que supuso la pérdida de una entidad de enorme impacto social para la economía de nuestra Comunidad”, han afirmado. Ante el avance del proceso de concentración bancaria, que supone la capacidad de unas pocas entidades para acaparar todo el servicio imponiendo los precios y condiciones que deseen, el partido soberanista apuesta por la creación de una Banca Pública Cántabra, que compita con el sector privado y facilite crédito a empresas y particulares con criterios sociales y de desarrollo común.
En su opinión, la concentración bancaria entraña una serie de riesgos para la ciudadanía debido a múltiples factores, como el peso que tienen los intereses privados de estas compañías en las decisiones en materia de economía tanto a nivel estatal como autonómico, o las escasas alternativas para escapar del maltrato sistémico al que han sometido los bancos a la clientela con cláusulas suelo, colocación indiscriminada de preferentes, comisiones excesivas e inapelables, etc. Por eso, desde Cantabristas han afirmado que competir con una banca pública “es la única manera de proteger a las personas y primar el interés colectivo frente al oligopolio privado de la banca”.
La formación política ha recordado que esto es un paso más “en la desvinculación territorial de los servicios bancarios de Cantabria”, que ya golpeó con dureza con la desaparición de Caja Cantabria. A su desaparición, explican, le acompañó “la de multitud de puestos de trabajo y sedes fiscales en todo el territorio, con perjuicio del mundo rural y las zonas más deshabitadas de nuestra Comunidad”. Además, han concluido, la fundación Caja Cantabria, cuya función social y cultural era reseñable, “si ya había perdido casi toda su influencia y capacidad de actuación, perderá lo que la queda ante una fusión en la que sus valores y objetivos quedarán diluidos y sepultados”.